La idea de levantar un templo en honor a la Sagrada Familia surgió de Josep Maria Bocabella, un librero barcelonés. Este era un hombre ilustrado y de fuertes convicciones religiosas. Era presidente de la Asociación de Devotos de San José y en 1872 viajó a Roma para obsequiar al Papa con un cuadro de la Sagrada Familia. Después pasó por el pueblo italiano de Loreto, famoso por su basílica, que según la tradición alberga la casa donde vivieron José, María y Jesús. Bocabella quedó maravillado con la iglesia y quiso hacer una réplica en Barcelona, pero después desistió de la idea y decidió que sería mejor construir un templo nuevo.
Durante el siglo XIX Cataluña vivió una renovación
cultural que se vio reflejada en la producción literaria, artística y sobretodo
en la arquitectura. Este movimiento se conoce con el nombre de Renaixença.
Cataluña se adaptó rápidamente a los cambios
impulsados por la Revolución Industrial y Bocabella tuvo muy claro desde el
principio que el templo dedicado a la Sagrada Familia debía estar ubicado en el
Eixample barcelonés.
El proyecto urbanístico del Eixample fue ideado por
el ingeniero y urbanista Ildefons Cerdà, siendo aprobado en 1859. Este proyecto
consistía en un gran tablero de calles perpendiculares y traveseras. Pero las
islas no eran cuadradas, sino que los ángulos se recortaban y formaban esquinas
para facilitar la visibilidad. Y a cada isla sólo se permitía edificar en dos
de sus lados, para dedicar el resto a jardines. Cerdà también había previsto
que cada barrio tuviera servicios comunitarios, como un centro cívico, escuela
y mercado.
En un primer momento Bocabella encargó la
construcción del templo dedicado a la Sagrada Familia al arquitecto Francisco
del Villar, pero desavenencias posteriores provocaron la renuncia de este
último. Fue entonces, cuando el asesor técnico de Bocabella propuso para el
cargo a uno de sus colaboradores, llamado Antoni Gaudí. En 1883, entusiasmado
con el proyecto, Gaudí, de 31 años se convirtió oficialmente en el arquitecto
del templo, que él convertiría en una obra maestra universal.
El 19 de marzo de 1882 se colocó la primera piedra,
en 1891 acabaron de construir la cripta, y ese mismo año murió Josep Maria
Bocabella.
Por su parte, Gaudí reunió en el templo de la
Sagrada Familia todos los símbolos del cristianismo (aunque algunos autores sostienen que tenía que ver con la masonería y como tal se puede interpretar el simbolismo de sus esculturas y construcciones). Y concentró todos sus
esfuerzos en conseguir que el conjunto del templo estuviese en consonancia con
la celebración de los ritos litúrgicos.
Para ello planteó la Sagrada Familia como una Biblia
de piedra, donde se narra la historia y los misterios de la Fe cristiana. El
exterior del templo representa a la Iglesia a través de los Apóstoles y los
Evangelistas, la Madre de Dios y los Santos.
La cripta se compone de siete capillas dedicadas a
la Santa Familia de Jesucristo, que forman una rotonda, delante de las cuales
se sitúan cinco capillas más en línea recta. De estas cinco capillas, la del
medio alberga el altar central, que es donde se celebran las misas. De las
siete capillas mencionadas, en el centro se sitúan la capilla de San José, la
del Sagrado Corazón de Jesús y la de la Inmaculada Concepción, dedicada a
María. Otras dos capillas más están consagradas a los padres de la Virgen:
Santa Ana y San Joaquín. En uno de los extremos se alza la capilla de San Juan
Bautista, primo de Jesús; y al extremo opuesto, la capilla dedicada a Santa
Isabel, la prima de María, madre de San Juan, y su esposo San Zacarías.
Gaudí fue un gran observador de la naturaleza, con
una profunda admiración por todos los seres vivos, especialmente las plantas y
los árboles, que muchas veces le sirvieron de inspiración para cuestiones
estéticas y técnicas. Por eso son muy frecuentes las representaciones del reino
vegetal en su obra, como las monumentales espigas y motivos florales que
rematan los pináculos de los muros del ábside.
En el gótico, las gárgolas representaban a animales
fantásticos y demoníacos. Gaudí prefirió representar a animales más comunes,
reptiles y anfibios, que colocó en las paredes exteriores, representando que no
les estaba permitido entrar en el templo. Por eso todos están cabeza abajo,
como huyendo de la pureza que irradian los símbolos de María.
El claustro de la Sagrada Familia diseñado por
Gaudí, cierra el templo en un rectángulo, en el que se corresponden sus cuatro
lados, con las cuatro fachadas.
La cruz que culmina la torre principal simboliza el
triunfo de la Iglesia de Jesús y las fachadas evocan los tres momentos
culminantes de la vida de Cristo: Nacimiento,
celebrado con una naturaleza exultante, Muerte
y Resurrección.
Además del Nacimiento,
en la fachada aparecen los principales acontecimientos de la infancia y adolescencia
de Jesús, como son la Anunciación a María, la huida a Egipto, la presentación
en el templo y la conversación con los doctores acerca de las Sagradas
Escrituras. También se representa a Jesús en la adolescencia ayudando a su
padre San José en su taller de carpintero.
La fachada
del Nacimiento está formada por tres pórticos dedicados a las tres virtudes
teologales. El pórtico central, el más alto de todos, está consagrado a la
Caridad y a Jesús. El pórtico de la derecha es el de la Fe y está dedicado a
María. Y el pórtico de la izquierda es el de la Esperanza, con San José como
ejemplo. Estos tres portales forman un conjunto único, en el que sobresalen las
esculturas.
Para conseguir más realismo, Gaudí fotografiaba a
los modelos desde diversos ángulos y después hacía moldes, a partir de los
cuales se labraban las esculturas. En estas tareas colaboraron con él
escultores como Carles Mani, Llorenç Matamala y su hijo Joan, entre otros.
El árbol de la vida en la cumbre del pórtico central es un ciprés, símbolo de lo que no se puede corromper. Los pelícanos son un símbolo cristiano primitivo que representa la Eucaristía, ya que antiguamente se creía que esta ave se abría el pecho para dar de comer a sus crías. Y el huevo místico simboliza el origen y la plenitud de la naturaleza.
El árbol de la vida en la cumbre del pórtico central es un ciprés, símbolo de lo que no se puede corromper. Los pelícanos son un símbolo cristiano primitivo que representa la Eucaristía, ya que antiguamente se creía que esta ave se abría el pecho para dar de comer a sus crías. Y el huevo místico simboliza el origen y la plenitud de la naturaleza.
Las dos columnas que separan los pórticos son de
gran altura y están finamente trabajadas. En la base de cada una de ellas hay
una tortuga de piedra, con la que se quiere simbolizar lo inalterable, que no
cambia con el paso del tiempo. La columna situada en el lado de la montaña es
una tortuga de tierra, mientras que la situada al lado del mar, es una tortuga
marina.
Y los capiteles de las columnas están formados por hojas de palma. En la cúspide, los ángeles con sus trompetas de bronce anuncian el nacimiento de Jesús.
Y los capiteles de las columnas están formados por hojas de palma. En la cúspide, los ángeles con sus trompetas de bronce anuncian el nacimiento de Jesús.
En contraste con las tortugas que representan la permanencia, a los dos lados de la fachada se colocaron unos camaleones,
símbolo del cambio y de la transformación constante de la naturaleza.
Simulando ser un pesebre de grandes dimensiones, el
pórtico central, también llamado del Amor, es el más grande de la fachada. La
coronación de María es obra de Joan Matamala, siguiendo un proyecto de Gaudí.
Representa que la Virgen es coronada como recompensa por su abnegado amor hacia
Dios.
También están representadas las constelaciones del
Zodíaco, tal y como se veían la noche en que nació Jesús. Asimismo se
representan la Anunciación de María, los cincuenta y nueve granos del rosario
envuelven el ventanal; la adoración de
los reyes y la de los pastores.
El coro de ángeles y niños es obra del escultor
japonés Etsuro Sotoo, admirador de la obra de Gaudí.
La columna de Jesús, que es la columna central, está
envuelta en una cinta donde aparece toda su genealogía. Y en la base hay una
serpiente mordiendo una manzana, símbolo del pecado original.
En el pórtico de la Esperanza está representado San
José, como timonel de una barca, que simboliza a la Iglesia Católica.
En el pórtico de la Fe, el corazón de Jesús está
cubierto de espinas y de abejas místicas que liban la sangre.
Más arriba, el pedestal de la Virgen es una luz de
tres puntas que simboliza la Santísima Trinidad. Y sobre ella, la Divina
Providencia está representada como la mano que tiene un ojo que todo lo ve.
La fachada de la Pasión y
Muerte es obra del
artista Josep Maria Subirachs, creador de unas esculturas de formas angulosas y
esquemáticas, de perfiles muy marcados que ayudan a acentuar el dramatismo de
todo el conjunto.
El proyecto de Gaudí consiste en un pórtico
sostenido por seis columnas inclinadas, sobre las que se levanta un gran
frontal de tres niveles.
En el nivel inferior se han inmortalizado los
últimos acontecimientos sucedidos la noche antes de que Jesús fuese
crucificado. La Última Cena; el Beso de Judas, con la serpiente situada detrás
de él; la Negación de Pedro; el Ecce Homo; El Juicio de Jesús, etc.
El criptograma contiene dieciséis números. La suma
en trescientas diez combinaciones diferentes, da siempre como resultado treinta
y tres, la edad de Cristo al morir.
Y el laberinto es un símbolo recuperado de las
catedrales medievales, que recuerda el camino de Jesús después de ser
capturado.
En las puertas centrales del Evangelio está
reproducido el texto del Evangelio que narra lo que las esculturas de la
fachada ilustran, es decir, los dos últimos días de Jesús. Son como las hojas
de un monumental Nuevo Testamento. El símbolo del Alfa y el Omega son la
primera y la última letra del alfabeto griego y simboliza el principio y fin de
la creación.
A ambos lados se encuentran la Puerta de Getsemaní y
la Puerta de la Coronación de Espinas.
En el nivel medio se muestra la segunda caída de
Jesús camino del Calvario y la Verónica mostrando la tela donde se ha marcado
la cara de Jesús, a modo de negativo. Los cascos de los soldados romanos son un
homenaje de Subirachs a Gaudí, pues se asemejan a las chimeneas de la Pedrera.
Y en el nivel superior los soldados juegan a los
dados, apostándose las vestiduras de Jesús; se representa la crucifixión, con
la luna solitaria en un lateral y la Muerte a los pies del crucificado,
simbolizada en una calavera. También se representa el enterramiento.
La fachada de la Gloria es la ideada por Gaudí como la más monumental, representando la lucha de la
Humanidad para llegar a la vida eterna y el camino de cada hombre para llegar a
ella. Se representa el Juicio Final, presidido por Jesucristo; la Gloria, como
recompensa y el Infierno, como castigo eterno.
El proyecto de Gaudí era representar siete puertas
en alusión a los Sacramentos: La del Bautismo, la de la Extremaución, la del
Orden haciendo referencia al sacerdocio, la puerta de la Eucaristía, la puerta
de la Confirmación, la puerta del Matrimonio y la puerta de la Penitencia. Y
sobre las puertas, Adán y Eva. Para sustentar el pórtico, Gaudí proyectó siete
columnas exteriores con inscripciones de los siete dones del Espíritu Santo. En
las bases, los siete pecados capitales y en los capiteles, sus virtudes
opuestas.
En las torres del templo Gaudí quiso representar los
pilares de la Fe Católica: Jesús, María, los cuatro autores del Nuevo
Testamento y los Apóstoles.
El interior del templo alude a la Iglesia Universal
y el crucero a la Jerusalén Celeste, símbolo místico de la paz.
El templo de la Sagrada Familia es un edificio en
forma de cruz latina, donde Gaudí planteó un sistema constructivo basado en una
proporción general que se repite entre cada una de las partes del edificio. La
nave principal está compuesta por cinco naves, una central y dos laterales a
los lados. Los brazos del crucero se corresponden al exterior con las fachadas
del Nacimiento y de la Pasión respectivamente. Y la fachada de la Gloria está
situada al principio de la nave principal. El ábside, de forma lobulada, está
formado por siete capillas y debajo se encuentra la cripta.
Gaudí recuperó el afán de verticalidad de las
catedrales de la Edad Media, para la Sagrada Familia. Con la torre más alta del
templo, la dedicada a Jesús, de 170 metros, se aseguraba de que su obra fuese
vista desde cualquier punto de la ciudad.
Como Gaudí quería construir el templo sin
contrafuertes, buscó las soluciones
técnicas para ello, ideando un nuevo método que consistía en estudiar los pesos
para que fuesen los elementos constructivos los que se adaptasen para sostener
las cargas. De ahí, las curiosas formas que adopta el templo, con columnas
inclinadas y los arcos catenarios o funiculares, que permiten conseguir grandes
alturas y hacer amplios ventanales, sin necesidad de contrafuertes, ya que por
su forma, descargan el peso por su cuenta.
Las columnas empleadas por Gaudí están inspiradas en
los árboles. Ligeramente inclinadas, se ramifican en la parte superior para
sostener las cúpulas. De ahí las cúpulas hiperboloides. El interior es como un
inmenso bosque místico de columnas de seis lados, de 8 lados, de diez y de doce
lados, a través del cual penetra la luz que entra por los hermosos ventanales
armónicamente. Y las cúpulas, formadas por repetición del módulo, son ligeras,
permitiendo el paso de la luz a través de los óculos, naciendo de las columnas
arborescentes, que forman hojas de palma, símbolo del martirio. Y son
independientes, ya que cada cúpula sostiene únicamente su peso. En conjunto se
transmite una atmósfera de paz y espiritualidad.
Penetrar en su interior, es como adentrarse en un
mundo mágico que elevará vuestras almas y jamás olvidaréis.
Los horarios de visita de noviembre a febrero son de
9h a 18h.
Durante el mes de marzo de 9h a 19h.
De abril a septiembre de 9h a 20h.
En octubre de 9h a 19h.
25, 26 de diciembre y 1 y 6 de enero, de 9h a 14h.
Cada entrada cuesta 15€. Con audioguía o con un guía
especializado, 19,50€.
Hay precios especiales para grupos y escolares.
Algunos días del año se celebran jornadas de puertas
abiertas, en las que los visitantes pueden entrar de forma gratuita, pero cada año las
entradas suelen agotarse en tiempo récord.
Para más información, desde Oteando Barcelona recomendamos
visitar la web de la Sagrada Familia:
No hay comentarios:
Publicar un comentario